El Racc prevé 1,3 millones de asistencias este verano
Se estima que en agosto más de 476.800 vehículos tendrán alguna incidencia, lo que se traduce en más de 15.300 servicios diarios.
Se estima que en agosto más de 476.800 vehículos tendrán alguna incidencia, lo que se traduce en más de 15.300 servicios diarios.
CyC
En el caso de las gomas, la DGT ha querido poner el acento en el más de un millón de automóviles que circulan con defectos graves relacionados con una profundidad inferior al límite legal establecido (1,6 mm), un desgaste irregular debido a una mala suspensión o una alineación incorrecta y otros derivados de circular con una presión errónea, ya sea por exceso o por defecto.
«Los neumáticos constituyen el único y decisivo contacto con la carretera. Son los encargados de asegurar la adherencia en el empuje, en la frenada y en el deslizamiento lateral. También se encargan de que la dirección del recorrido del vehículo sea la deseada por el usuario y de la amortiguación de las imperfecciones del pavimento», señalan desde la Dirección General de Tráfico.
Además, la entidad tampoco ha querido olvidar la especial relevancia que adquieren los neumáticos en vehículos de uso profesional, como son las furgonetas, que suelen presentar más y peores defectos en este elemento del triángulo de seguridad.
Por otro lado, los Agentes de Tráfico también vigilará muy de cerca el buen estado del alumbrado, señalización, ITV en regla o documentación, todo ello con el objetivo de evitar accidentes relacionados con el mantenimiento de un parque automovilístico cada vez más envejecido. Según el último estudio de la DGT, el riesgo de fallecer o sufrir una lesión con hospitalización aumenta con la antigüedad del vehículo. Así, la antigüedad media de los vehículos en los que viajaban las víctimas mortales de accidentes en carretera en 2016 fue de 12 años en turismo, 9 años en motocicleta y de 13 años en el caso de camiones de hasta 3.500 kg.
«Teniendo en cuenta esta relación entre riesgo y antigüedad del vehículo, el mantenimiento adecuado de todos los elementos de seguridad se convierten en una actividad imprescindible para combatir la siniestralidad», explican.
Neumáticos, refrigeración, líquido limpiaparabrisas, aire acondicionado y temperatura del habitáculo, elementos a vigilar especialmente con calor excesivo.
Antes de salir de viaje, debe realizarse un adecuado mantenimiento en frenos, suspensión y neumáticos, entre otros.
“La función de la bomba de agua es hacer circular el líquido refrigerante del motor hacia el radiador para que el motor se encuentre siempre en su temperatura óptima de trabajo 95º C”. Su funcionamiento inadecuado o su avería puede tener serias consecuencias sobre el motor; de ahí, la necesidad de incluir la revisión del sistema de refrigeración y de la bomba de agua en el mantenimiento preventivo que los automovilistas hacen o deben hacer antes de ponerse en carretera durante los meses estivales”.
La combustión que se produce en el interior de un motor térmico somete a las piezas mecánicas a temperaturas muy elevadas. Para garantizar una temperatura de funcionamiento correcta, el motor cuenta con un circuito de refrigeración compuesto, principalmente, por el radiador, la bomba de agua y el termostato. Los conductores pueden controlar la temperatura de funcionamiento del motor, gracias al indicador que existe en el cuadro de instrumentos. La temperatura ideal a la que suelen trabajar los motores de combustión es de 95º C, aunque algunos automóviles modernos pueden superar los 100º C sin peligro.
Las principales averías de la bomba de agua del motor están relacionadas con las pérdidas de líquido refrigerante y pueden desembocar en fallo motor o en la rotura de la correa de distribución. En este sentido, detectar una posible avería en la bomba de agua es sencillo. Así, en el caso de percibir goteo del líquido refrigerante o ruidos metálicos cuando el motor está a ralentí, es recomendable acudir lo antes posible a un taller de reparación.
Utilizar el líquido refrigerante correcto para cada vehículo es fundamental para el buen funcionamiento de la bomba y del circuito de refrigeración. Por ello, es preciso revisar con frecuencia, también en verano, el líquido refrigerante y no apurarlo demasiado: sustituirlo según lo establecido por el fabricante del vehículo, o utilizar uno de baja calidad también interfiere en la vida de la bomba de agua.
En ocasiones, la sustitución de la correa de distribución también puede provocar una avería en la bomba de agua. Si se tensa demasiado, provocará un esfuerzo extra en el giro de tal forma que el eje de la bomba, poco a poco, irá cediendo provocando una fuga de líquido, e incluso produciendo rozaduras en las palas de la hélice. De este modo, para evitar problemas, es recomendable cambiar en la misma reparación la correa y la bomba.